Desde muy pequeña me atraía de manera alarmante todo lo relacionado con la moda. Dibujaba vestidos y mi abuela se los hacía a mi Barbie, ahorraba con gran esfuerzo 500 pesetas " de las de antes" para comprarme el especial de "Hola" que contenía aproximadamente unas 500 páginas con los mejores diseños del momento.
Coco vivió en un hospicio hasta la adolescencia y dicen que no podía pasar un día sin desear morirse. Con las cuidadoras del orfanato, Gabrielle aprendió a coser y manejar el hilo y la aguja con especial habilidad, lo que hizo que a los 17 años las monjas del orfanato de Aubazine le consiguieran un empleo como costurera, trabajo que compatibilizaba con el de cabaretera, oficio que desplegó por tres años y que la introdujo en el mundo de divertimento y las relaciones sexuales pasajeras. De estas relaciones Coco Chanel esperaba obtener dinero para su gran sueño: ser una renombrada modista.
Coco comenzó a darse a conocer con los diseños atrevidos de sus sombreros, sobrios y elegantes, poco parecidos a las molestas pamelas de la época.
Mi sueño....pues entrar en la escuela de diseño de moda....Por razones que no vienen al caso, terminé haciendo otra carrera, pero mi pasión sigue dentro por lo que hoy me veo en la obligación de hablar de una de las diseñadoras a las que admiro profundamente y que estoy segura (desde mi humilde opinión) que si levantara la cabeza hoy en día le daría un chungo de ver algunos de los sacrilegios que han hecho bajo su nombre....
Su nombre era Gabrielle Bonheur, pero todos la conocemos como Coco Chanel (1883- 1971).Hija de un vendedor ambulante y un ama de casa, ambos de escasos recursos, Gabrielle nació en un hospicio de Saumur, el 19 de agosto de 1883.
En permanente situación de escasez, sobrellevó a duras penas sus primeros años de infancia junto a sus cuatro hermanos.
Cuando tenía doce años, su madre murió víctima de tuberculosis y el padre se desentendió de ellos, enviándolos al condado de Auvernia, al cuidado de dos tías que tenían un orfanato.
Cuando tenía doce años, su madre murió víctima de tuberculosis y el padre se desentendió de ellos, enviándolos al condado de Auvernia, al cuidado de dos tías que tenían un orfanato.
Coco vivió en un hospicio hasta la adolescencia y dicen que no podía pasar un día sin desear morirse. Con las cuidadoras del orfanato, Gabrielle aprendió a coser y manejar el hilo y la aguja con especial habilidad, lo que hizo que a los 17 años las monjas del orfanato de Aubazine le consiguieran un empleo como costurera, trabajo que compatibilizaba con el de cabaretera, oficio que desplegó por tres años y que la introdujo en el mundo de divertimento y las relaciones sexuales pasajeras. De estas relaciones Coco Chanel esperaba obtener dinero para su gran sueño: ser una renombrada modista.
Coco comenzó a darse a conocer con los diseños atrevidos de sus sombreros, sobrios y elegantes, poco parecidos a las molestas pamelas de la época.
Fue el playboy Etienne Balsan quien la colocó con su tienda de sombreros, pero su vínculo con el amigo de éste, el socialité (personaje social) y jugador de polo inglés Arthur "Boy" Capel, fue lo que posibilitó su despegue. Chanel se enamoró perdidamente de Capel y se escapó con él. Chanel tenía la esperanza de convertirse en su esposa, pero nunca se casó con Capel y éste prefirió casarse por conveniencia con otra mujer de alta alcurnia, si bien mantuvo a Chanel como amante. Él murió tempranamente en un accidente automovilístico; Coco llegó al lugar y lloró amargamente la pérdida de su amor y benefactor, quizás el más importante. Ningún otro hombre ocupó su lugar por un tiempo prolongado.
Ambiciosa y dispuesta a tragarse toda su dura infancia, aprovechó sus contactos y amantes (pintores, cineastas, músicos y aristócratas) para abrir su primera tienda de alta costura. La Primera Guerra Mundial la pilló en medio de sus proyectos y supo aprovecharla: ofreció a las damas burguesas parisinas un nuevo estilo femenino discreto, cómodo y atrevido: chaquetas holgadas, pantalones masculinos, jerseis de punto y pelo a lo garçon, así como su conocido vestido negro para-todo (inspirado en su traje del orfanato). Coco se convirtió rápidamente en la imagen de la nueva mujer independiente y segura de sí.
No sólo se dedicó a la alta costura, sino que también se atrevió con el perfume -Chanel nº5-, bolsos al hombro, cosméticos y joyería de fantasía -ella era una gran amante de los enormes collares de perlas.
Mujeres de fama, como Marilyn, Brigitte Bardot o J. Kennedy, se convirtieron en sus asiduas clientas.
Su muerte, sin embargo, no respetó su fama: murió sola, enferma de artritis y, dicen, comida por su adicción a la morfina.
Ambiciosa y dispuesta a tragarse toda su dura infancia, aprovechó sus contactos y amantes (pintores, cineastas, músicos y aristócratas) para abrir su primera tienda de alta costura. La Primera Guerra Mundial la pilló en medio de sus proyectos y supo aprovecharla: ofreció a las damas burguesas parisinas un nuevo estilo femenino discreto, cómodo y atrevido: chaquetas holgadas, pantalones masculinos, jerseis de punto y pelo a lo garçon, así como su conocido vestido negro para-todo (inspirado en su traje del orfanato). Coco se convirtió rápidamente en la imagen de la nueva mujer independiente y segura de sí.
No sólo se dedicó a la alta costura, sino que también se atrevió con el perfume -Chanel nº5-, bolsos al hombro, cosméticos y joyería de fantasía -ella era una gran amante de los enormes collares de perlas.
Mujeres de fama, como Marilyn, Brigitte Bardot o J. Kennedy, se convirtieron en sus asiduas clientas.
Su muerte, sin embargo, no respetó su fama: murió sola, enferma de artritis y, dicen, comida por su adicción a la morfina.
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