El palacio ideal

El otro día me encontré en casa con un libro sobre arte marginal. El libro se titula " Outsiders Art" y habla sobre todas aquellas manifestaciónes artísticas que están fuera de los límites de la cultura oficial, de lo establecido, de lo que los críticos consideran arte.
En el libro nos encontramos con obras de pacientes internados en psiquiátricos, autodidáctas, inadaptados, solitarios o ancianos que expresan sus emociones a través de un arte alejado de lo convencional y haciendo uso frecuentemente de materiales y técnicas inéditos.

Entre ellos, uno de los que más me llamó la antención en su momento y al que estudié durante la carrera fue Ferdinand Cheval, un cartero francés que un día al tropezar con una piedra encontró la inspiración y decidió construir un palacio en el jardín de su casa.
Durante los 33 años siguientes aprovechó la ruta postal para ir recogiendo piedras y llevándolas a su casa, en los bolsillos, en una cesta o carretilla. Como era de esperar los vecinos le tenían como el  "tonto del pueblo" (en todos los pueblos hay uno).
El castillo es una mezcla de estilos, con inspiraciones bíblicas y motivos hindues.
Una verdadera obra de arte, no apreciada hasta que figuras del arte como Picasso o André Bretón comenzaron a mostrar interés por ella.

En España. lo más parecido que tenemos es a Justo Gallego, que estaba construyendo una catedral en Mejorada del Campo y que todo el mundo recordaremos por un anuncio. O Francisco del Río Cuenca que decoró la fachada y el interior de su casa con conchas.