Sin dificultades para llegar a Barajas por la huelga de Metro, a la una y veinte sale el vuelo de KLM rumbo a Tokio con escala en Amsterdam. La escala no es demasiado larga, por lo que a las 17:40 del día 30 me monto en el avión que me lleva a Japón.
Como compañeras de viaje me tocan dos japonesas, ambas con cestas de mimbre como bolso, que no hablan nada de inglés y que durante 11 horas que dura el viaje sacan todo tipo de cachibaches curiosos de su bolsos (me empiezo a hacer una idea de lo que me espera en Tokyo).
Tengo muchísima películas para ver, almohada, manta y además estoy sentada al lado de la ventanilla por lo que me puedo apoyar en la pared sin riesgo a terminar en el hombro de mi compañera.
Me sirven la comida, toca pasta con un postre en homenaje al mundial, y una ensalada de patata no muy buena (el menú se salva por el postre, la chocolatina con forma de balón me ha llegado al cuore)
Me veo tres películas y nada, no tengo nada de sueño, en España es temprano por lo que hasta las doce de la noche (hora española) no consigo dormirme. Por lo menos duermo cuatro horas y me servirá para llegar al apartamento medianamente despejada.
Por fin, y tras 10 horas de vuelo visualizo la costa de Japón.
Cuando llego a Japón paso el control de imigración, incluso con los papeles llenos de tachones me dejan pasar (supongo que en Japón tambíen hay niñas torpes que se confunden al poner el número de pasaporte y el día de llegada) recojo la maleta y empiezo mi aventura.
Tengo que conseguir comprar una tarjeta para el metro y un billete para el tren que me lleva del aeropuerto a la estación de Tokio (decido tomarme un café para tomar fuerzas). Tras una conversación con la chica de la taquilla, consigo el billete y la tarjeta, !!Bien¡¡
Al llegar a la estación de Tokio, encuentro la linea de metro y la estación a la que tengo que ir (pues no parece tan dificil) pero al salir de la estación de Kanda hacia el apartamento empiezan mis problemas. No soy capaz de situarme, ni en el plano que me dieron en la agencia de viajes, ni en el que me mando Santi, el nombre de las calles pequeñas no aparecen en el plano y para más dificultad, aunque hace un calor húmedo horrible, ha empezado a llover....
Finalmente consigo llegar al apartamento, tras perderme tres veces y volver a la estación de Kanda, por lo que decido que me merezco una ducha y una pequeña siesta de 2 horas hasta que venga Santi.
Esta noche tenemos cena, por mí sin problema porque necesito cansarme para no despertarme en mitad de la noche.
Cenamos en un restaurante Japonés donde te vas preparando la carne en una especie de bol con agua hirviendo y puedes poner verduras y pasta a gusto del consumidor.
Volvemos al apartamento a las doce y media y como sospechaba no tardo ni diez minutos en dormime hasta el día siguiente, ni problemas de Jet Lag ni nada....Estoy en Tokyo y tengo que disfrutar...aunque me muera de sueño.
Como compañeras de viaje me tocan dos japonesas, ambas con cestas de mimbre como bolso, que no hablan nada de inglés y que durante 11 horas que dura el viaje sacan todo tipo de cachibaches curiosos de su bolsos (me empiezo a hacer una idea de lo que me espera en Tokyo).
Tengo muchísima películas para ver, almohada, manta y además estoy sentada al lado de la ventanilla por lo que me puedo apoyar en la pared sin riesgo a terminar en el hombro de mi compañera.
Me sirven la comida, toca pasta con un postre en homenaje al mundial, y una ensalada de patata no muy buena (el menú se salva por el postre, la chocolatina con forma de balón me ha llegado al cuore)
Me veo tres películas y nada, no tengo nada de sueño, en España es temprano por lo que hasta las doce de la noche (hora española) no consigo dormirme. Por lo menos duermo cuatro horas y me servirá para llegar al apartamento medianamente despejada.
Por fin, y tras 10 horas de vuelo visualizo la costa de Japón.
Cuando llego a Japón paso el control de imigración, incluso con los papeles llenos de tachones me dejan pasar (supongo que en Japón tambíen hay niñas torpes que se confunden al poner el número de pasaporte y el día de llegada) recojo la maleta y empiezo mi aventura.
Tengo que conseguir comprar una tarjeta para el metro y un billete para el tren que me lleva del aeropuerto a la estación de Tokio (decido tomarme un café para tomar fuerzas). Tras una conversación con la chica de la taquilla, consigo el billete y la tarjeta, !!Bien¡¡
Al llegar a la estación de Tokio, encuentro la linea de metro y la estación a la que tengo que ir (pues no parece tan dificil) pero al salir de la estación de Kanda hacia el apartamento empiezan mis problemas. No soy capaz de situarme, ni en el plano que me dieron en la agencia de viajes, ni en el que me mando Santi, el nombre de las calles pequeñas no aparecen en el plano y para más dificultad, aunque hace un calor húmedo horrible, ha empezado a llover....
Finalmente consigo llegar al apartamento, tras perderme tres veces y volver a la estación de Kanda, por lo que decido que me merezco una ducha y una pequeña siesta de 2 horas hasta que venga Santi.
Esta noche tenemos cena, por mí sin problema porque necesito cansarme para no despertarme en mitad de la noche.
Cenamos en un restaurante Japonés donde te vas preparando la carne en una especie de bol con agua hirviendo y puedes poner verduras y pasta a gusto del consumidor.
Volvemos al apartamento a las doce y media y como sospechaba no tardo ni diez minutos en dormime hasta el día siguiente, ni problemas de Jet Lag ni nada....Estoy en Tokyo y tengo que disfrutar...aunque me muera de sueño.
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