martes, 18 de diciembre de 2012

Desde China con amor. Día 8

Hoy cogemos el vuelo rumbo a Xi'an. Llegaremos sobre las 11:00 por lo que aprovecharemos el día para ver la ciudad y mañana iremos al museo de los guerreros de terracota ya que por la noche salimos hacia Pekín.

Xi'an es, sin duda, una de las ciudades más carismáticas de China. Capital de doce dinastías, centro político de China durante los siglos de su máximo esplendor, punto de partida de la Ruta de la Seda, podría considerarse como una de las ciudades más importantes de la historia de la humanidad. Xi'an ha conseguido conservar un aire dinámico y cosmopolita, sin alejarse sin embargo de la vida cotidiana de esta China campesina y comerciante en la que está inmersa.
El autobús que conecta el aeropuerto tiene su última parada cerca de la torre de la campana, que digamos es el centro de Xi'an.
Tras dejar las maletas en el hotel salimos a dar un paseo y nos encontramos una ciudad moderna pero que mantiene el aire clásico.




La torre de la campana está en el centro de una gran avenida, y de ella salen las cuatro calles principales. Construida en la dinastía Ming, es el símbolo de Xi'an. Tiene 36 metros de altura y es el centro geográfico de la ciudad. Antiguamente se usaba para marcar las horas. Por la mañana el sonido de su campana marcaba la hora de iniciar las actividades cotidianas y abrir las puertas de la ciudad.

Vamos hacía la zona donde está la Torre Tambor, justo en la entrada al Barrio Musulmán, la zona más visitada para hacer compras e ir a restaurantes en Xi'an.
La Torre Tambor de Xi'an tiene unas características similares a la Torre Campana. Se trata de un edificio tradicional chino, construido en 1380, durante la dinastía Ming. Las torres tambor cumplían en la China antigua la función de indicar el paso de las horas durante el día y, asimismo, eran utilizadas para avisar de situaciones de emergencia. La Torre Tambor está situada en una plataforma de piedra sobre la que se eleva un edificio de madera de dos plantas con una altura total de 34 metros. En su interior encontraremos 24 tambores tradicionales chinos, reflejo del calendario solar que se utilizaba en la antigua China.



Nos damos un paseo por el barrio musulmán, que es precioso. Pequeñas calles con miles de tiendas, colores y olores de diferente comida que se mezclan. Puestos con todo tipo de comida, y unos dumplings para chuparse los dedos.









Finalmente, y tras dar unas cuantas vueltas, encontramos la Mezquita. Construida en el año 742 para atender las necesidades religiosas de una colonia musulmana cada vez más importante en la zona, es un buen ejemplo de la fusión entre los estilos arquitectónicos chinos y musulmanes ya que, aunque la construcción es externamente china y su apariencia es la de un monumento chino, la estructura interna, los grabados y la simbología de la misma muestran claramente la influencia musulmana.





Después de visitar la mezquita fuimos hacia la puerta sur de la muralla en dirección a la Gran Pagoda de la Oca. Como se nos estaba haciendo de noche y la verdad es que estaba un poco alejada, decidimos coger un taxi. Pero fue misión imposible y, tras casi una hora dando vueltas, tuvimos que volver al centro sin poder ir a ver la Pagoda.


De nuevo en la zona musulmana, decidimos cenar a base de pinchos y dumplings. Todo buenísimo y barato.
Volvemos al hotel y preparamos la visita de mañana al museo de los guerreros de terracota.

6 comentarios:

  1. Qué bonita la mezquita... Estamos aprendiendo mucha historia de China gracias a ti XD

    .Estelle.

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  2. Qué lindo!!! De esta ciudad no vi nada (bueno, lo de los guerreros, pero nada más).
    Beso

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  3. Ahí está viviendo ahora mismo un amigo mío y parece que no quiere volver bajo ningún concepto.. :)

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  4. Que curiosa la mezcla de moderno y clásico, genial, me muero por poder ir algún día!!

    un besote

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