martes, 6 de diciembre de 2011

Islas Griegas, Día 4

Tal y como comenté ayer, para hoy teníamos planeado un crucero de un día por tres islas de Grecia.
El viaje lo hemos reservado en el hotel y nos ha costado a cada uno 89€ con comida incluida.
Tras pegarnos un madrugón, que ni estando trabajando me levanto tan temprano, nos han pasado a buscar a las 7:00 de la mañana para llevarnos al Pireo, el puerto de Atenas, donde nos estaba esperando el barco.
Hemos entrado y lo primero de todo, sin anestesia, foto guiri con dos paisanos vestidos con los trajes tradicionales griegos. Hemos puesto nuestra mejor cara, dada las horas, y nos hemos acomodado en uno de los sillones de los tres salones del barco.
Nuestra primera parada ha sido Hydra, por lo que nos esperaban como tres horas y media de viajes hasta llegar. Tras un café y una mini siesta, nos han dicho que en salón de abajo iban a hacer una demostración del baile Sirtakis, que es el que interpretó Anthony Queen en la película "Zorba el Griego" y que seguro que todos reconocemos en cuanto escuchamos la melodía.
Tras darlo todo en la pista de baile, por fin, hemos llegado a Hydra.
Hydra es una isla que depende del turismo, y se nota porque la zona donde te deja el ferry está llena de tiendas, restaurantes y mercados. Excepto los camiones de basura, los vehículos no están permitidos en la isla; por lo que el transporte público de la isla es montado en  burro o en taxi acuáticos.
Nosotros hemos empezado a andar hacia la parte alta de la isla, donde únicamente encuentras casas, por lo que se entiende que la zona para los turistas está en la zona baja.






La isla de Hydra tranquilísima, para mi opinión demasiado. Eso sí, gatos no les faltan, y no creo que sea porque no hay coches que les atropellen, como nos ha dicho la guía.


Hemos vuelto al barco, rumbo a Poros, y mientras nos han dado de comer.
La isla de Poros es una pequeña isla localizada en aguas del mar Egeo, y separada por un canal marítimo de 200 m del Peloponeso. Hemos dado un paseo por el puerto y hemos subido a la torre del reloj. La cosa es subir escalones para no poder ni con mi alma...
Por una de las callejuelas perdidas, y como hasta la temporada alta aún falta mucho, he comprado un souvenir para, por lo menos, alegrarle el día a la mujer de la tienda... Mi buena acción del día, y sólo por 1€, qué triste...






Finalmente, y con el mar un poco agitado, hemos llegado a Egina. La isla es célebre por su templo de Afea, uno de los tres templos del triángulo sagrado formado por el Partenón, el Templo de Poseidón del cabo de Sunión, y el templo de Afea. Fue durante mucho tiempo una gran rival de Atenas, tanto en la Antigüedad como al principio del siglo XIX. Egina fue una de las primeras ciudades marítimas y comerciantes de la Grecia Antigua: tuvo la primera marina de Grecia y fue la primera ciudad en acuñar moneda. Fue la primera capital (1828-29) de Grecia que luchó por su independencia. La isla es también la principal productora de pistachos de Grecia, y la mayor exportadora a nivel mundial.
Para visitar la isla con el templo había una excursión complementaria, pero ya nos parecía demasiado gasto, por lo que nos hemos quedado por la zona del puerto, dando un paseo por las callejuelas, visitando una basílica, la playa, y viendo cómo rompían las olas desde el puerto.
De las tres islas, la que más me ha gustado ha sido Hydra, y después Egina. Supongo que en verano será totalmente diferente, al igual que agobiante, porque una cosa buena de viajar en diciembre, aún a riesgo de pasar frío, es que vas solo.






De vuelta a Atenas, nos han hecho una demostración de bailes típicos de Grecia, interpretados por un bailarín que lo daba todo, y su acompañante que no se le veía con ganas de bailotear mucho y deslucía un poco la actuación.
Me he sentado en el suelo para poder verles mejor y grabar, sin pensar que en cuanto necesitaran a alguien del público para "amenizar" la actuación, se iban a fijar en la "española-que-no-se-entera-de-nada" sentada en el suelo. Efectivamente, entre que la primera a la que se lo han dicho se ha negado en rotundo, y que a mí no me cuesta hacer el ridículo, a veces de forma involuntaria pero no me cuesta, me han sacado para lo que yo pensaba que iba a ser un meneíllo de caderas y punto. ¡Pero nooooo!. En lugar de eso, me han hecho tomarme un chupito de algo que sabía a anís (algo que me llevo gratis del barco), subirme en el vaso con un solo pie, el otro levantado y bajar en plan baile de los pajaritos. El "control de alcoholemia" parecía superado hasta que me ha podido la presión, me he desequilibrado, le he arreado un golpe en el paquete al bailarín y me he quedado medio sentada (nunca hay que perder el glamour). El bailarín, sin rencores por lo del paquete, me ha dicho que en Grecia se tienen dos maridos y me ha anudado en el dedo una lana del pompón de los zapatos. He terminado mi actuación con un beso, pero no al bailarín, sino a mi marido que no le quitaba ojo al de los pompones en los zapatos.
Finalmente todos los que estábamos hemos bailado en armonía, al ritmo de los movimientos del barco por la marejada del mar.

P.D: Fotos de mi bailecito tengo, pero esas ya las pondré que no están en mi cámara.

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